Ando un tanto desaparecido y lleno de necesidades.
Podría añadir lo de desubicado, que también.
Necesito volver a cocinar. Retomar los bollos de brandy dulces, las "búlgaras", ver como una masa crece o simplemente dibujar un nuevo plato, oler, saborear, crear.
Intento, todos los días, escribir. Pero, sea por una cosa u otra, no lo consigo. Lo necesito, como el café.
Necesito volver a ubicarme. Necesito volver a mis 10 km., a sudar por el gusto y la gana de hacerlo.
Necesito recolocar el amanecer en su lugar.
Ayer, un buen amigo me recordó con amabilidad que llevamos demasiado tiempo sin vernos.
Necesito ver los campos de lavanda.
Las "Cartas que nunca enviaré", las historias de "Santa Paciencia". Hablar con Mirlo, con Isi. Retomar "Palabras bonitas", agendar más cafés.
Pero, a la vez, me siento más libre. Ya no soy de un lugar. He aprendido que los planes duran, hasta el momento que la vida los cambia.
Han dejado de importarme algunas cosas y ahora disfruto y me preocupo de otras que nunca hubiera imaginado.
Hornear pimientos, recordar a los que ya no están, quedar a charlar y tomar una o cien copas de vino hasta que la edad o el dueño del local apague las luces.
Mirar a Venus sin prisa y olvidar el reloj. Necesito sentir un poco más y correr un poco menos.
Pero, a la vez, necesito la adrenalina de la agenda apretada, del ir y venir constante. De nuevos proyectos, de apoyar esfuerzos de otros, de participar en otros planes.
Y solo el hecho de que, al levantarme, no me duela nada distinto que el amanecer anterior, me da fuerzas, para necesitar, para tener ganas de tener ganas.
Necesito poner un disco, mover el brazo de la aguja y notar su carraspeo. Cerrar los ojos y pintar un jardín.
Y a la vez necesito salir corriendo. Subir al monte, bajar al valle. Gritar y respirar en silencio.
Necesito la ironía de saberme de vuelta, pero con el deseo de volver a ir.
Haré albóndigas, con setas. Ya casi no hay muebles. Solo cajas, necesidades, ganas, muchas ganas.
Tal vez, haga un jardín, otro. Con brócoli, cebolla morada, judía francesa... y la hierba, una crema de aguacate, calabacín y espinacas.
Tengo ganas.
Animo y suerte.
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