Mis gemelos, hoy, han dicho que es festivo y que va a ser que no.
Algo de bruma en el horizonte. Café.
Ya va quedando menos. La ropa de verano, la cocina, y pequeñas cosas que esperan su espacio en una caja. Le toca el turno a las cazuelas, sartenes y vajilla.
Se generan islas de bolsas por toda la casa. Bolsas grises, con pequeños atolones. Las verdes, grandes, muy grandes, parecen Canarias; desperdigadas, pero cercanas.
Allá Creta, Malta, Chipre. Madagascar, cerca de las herramientas y las cajas con tornillos y patas de vaya usted a saber que mueble.
La isla Gafa, contiene monturas de colores y cristales de graduación ascendente. Otra, un poco más allá, en medio del océano, espera su turno para ser bautizada.
En la terraza, los ficus, el olivo, los aguacates y el resto de árboles y plantas se alinean contra la pared, soñando con playas y mares que no llegarán a conocer.
Reviso las noticias y parece que el tiempo se ha detenido. Los incendios van amainando por aquí y creciendo por allá, y Villarejo sigue ahí, las guerras también. La de Rusia, la del cambio climático, la de la igualdad, la del petróleo, la del `solo si es si´.
Acaba el Tour y la natalidad desciende.
Hoy, debería llover. Mucho. Para que refresque el ambiente, la guerra, los incendios y tal vez así, la riada, se lleve tanta estupidez mental.
Que sí, que sí, que me alegro mucho de que estés disfrutando de tus vacaciones (anda que vaya fiebre de chiringuitos, cuerpos al sol y mares, montañas y tumbonas, tenéis), si por mi fuera, os regalaba a todos otro mes más.
Esta claro, hoy me falta un poco de Bukowski:
𝐄𝐬 𝐢𝐧𝐜𝐫𝐞𝐢́𝐛𝐥𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫 𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐬𝐨́𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫, 𝐝𝐨𝐫𝐦𝐢𝐫 𝐲 𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐫𝐬𝐞
Puedes utilizar la frase como autoayuda, para tu crecimiento personal y eso... o directamente hacerte otro café y mirar al horizonte, intentando llegar al encefalograma plano.
Mira, ahora, me fumaría un pitillo.
Cuidaros.
Animo y suerte.
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