Declaración trimestral.
Baja de servicios en Madrid.
Alta, en destino.
Volvemos a las cajas.
Reunión de trabajo, comida de "casi" trabajo.
Más cajas.
Cancelación de hipotecas, documentación, notario. Escrituras, certificados...
No tengo mesa de trabajo. Utilizo una, improvisada, desde la que he visto amanecer.
Ideas, proyectos. Almería, Vigo, Portugal, Palma de Mallorca, seguimos.
Un resfriado que ya dura dos semanas. Test negativo.
Ha pasado un día desde que empecé estos párrafos.
Ayer, a ultima hora, vino C., mi otra hija. Hablamos de Méjico y de Australia. De felicidad y de sentirse satisfecho. De como se reduce todo a sentirse bien. Recordaba aquella oscura Navidad y como las cosas han ido encontrando su lugar. Ella, sigue creando un plan. Será en un banco o como instructora de buceo. Tal vez la política o la diplomacia. Aquí, allá.
M. y B. se "resisten" a sacar sus cosas de los armarios. Lo entiendo.
Las dos están peleando. Aun tienen sueños, que poco a poco se van convirtiendo en planes.
Me siento orgulloso de ellas. Se de sus dudas, de sus miedos, de esa maldita ansiedad que a todos nos ataca. Pero no dejan caer los brazos. Siguen.
Las pequeñas cosas ganan importancia.
Hace unos segundos, el sol, daba un nuevo espectáculo único. He mirado dentro. Me ha hecho sentir bien.
Animo y suerte.
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