miércoles, 26 de julio de 2023

Necesidades



Aún quedan cajas por abrir. Poco a poco, algunas paredes reciben cuadros. Estantes, objetos decorativos.
El garaje, requiere atención. Una mesa de trabajo para cocinar. Lo necesito.
Leo la columna de Leila Guerriero. Apareciendo la necesidad, solo dos opciones. Dejar de necesitarlo o hacerlo existir. Ella, creó un puente imaginario.
Y tu, ¿Cómo lo haces?
Leila, establece una premisa inicial:
Pequeño burgués con necesidades materiales bastante cubiertas.
No hablamos de necesidades básicas (¡anda!, hoy me ha dado por ser superficial).
Piensa en algo que te pide el cuerpo, ¿vale?, ahora, llévalo a la premisa de solución. ¿Puedes dejar de necesitarlo? Bufff, complicado.
Pues solo nos queda, hacerlo existir.
Necesito escribir. Sacar ese nudo, que desde el centro del estómago golpea hasta las sienes.
Necesito contar una historia. De personas con vida caótica o plana, no hace falta que sean relevantes, ni que brillen entre focos, fiestas y eventos multitudinarios. No. Simplemente, se levantan cada día, miran el reloj y tienen una serie de obligaciones que ellos mismos se han creado. Se relacionan con sus vecinos, con la gente del trabajo, desayunan, se duchan, salen a la calle y soportan caravanas o apreturas en los medios de transporte. Dejan volar la imaginación del sentimiento, del deseo, o del ansia cuando cruzan una mirada en el ascensor.
Piensan en las facturas pendientes de pagar, en que no hay leche en la despensa y que aún es miércoles, y que hasta dentro de dos semanas, no tendrán vacaciones. Esas personas que bostezan por dentro, mirando hacia la calle. Esas, que se quedan embobadas mirando una mariposa, porque hace siglos que no ven una, y menos de ese tamaño. Esas personas con vicios inconfesables, o mentiras jamás reconocidas.
Necesito escribir una historia, donde los personajes sean naturales, que vivan en ese estrecho margen de la batalla de lo cotidiano. Ese margen entre la realidad y la abstracción. Personas que lloran y que ríen. Que dicen estupideces, que se pelean por política o se miran al espejo y no se reconocen.
Me he creado la necesidad. ¿Hacerla desaparecer?.
Busco entre los más de 2000 textos que cuentan historias, las vuestras, las mías. Maldiciendo o ilusionándome con la realidad.
Saltando de un párrafo a otro. De un día, de un mes, de un año a otro.
𝗟𝗮 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱, 𝗻𝘂𝗻𝗰𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲 𝘃𝗲𝗿𝗱𝗮𝗱𝗲𝗿𝗮.
Escribo cartas, que nunca enviaré. Hablo de esto, de lo otro. De personas y lugares, reales o ficticios. Para hacer existir esa ventana por la que respirar y que el nudo/mundo me sea más fácil de soportar.
Un día más, dando de comer al monstruo. Y la necesidad, sigue.
𝗘𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗲, 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗲, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗮 𝗹𝗼𝗰𝘂𝗿𝗮 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝘆 𝘁𝗼𝗱𝗼, 𝗮𝗹𝗴𝘂́𝗻 𝗱𝗶́𝗮, 𝘀𝗲𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲.
Animo y suerte

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