viernes, 15 de septiembre de 2023

Pizza

 


Necesito liberar neuronas.
Me noto un tanto envarado. Muy dentro del esquema, sin huecos por donde fluir.
Llámalo responsabilidad, implicación o que a veces tengo gana de salir corriendo sin dirección determinada.
Si, si, me noto la necesidad de sacar a mi Rosseau particular, de paseo.
Rosseau decía que los asuntos del Estado se resolvían con más acierto bajo una encina, al aire libre, que en un despacho.
Busco las noticias que me llamen.
Una empresa alemana, fabricante de juegos de mesa, se declara insolvente por un problema informático.
La Megaprincesa Isabel Natividad, su gobierno, habla de que un problema informático es el culpable de la no sustitución de profesores.
Recuerdo que en una de mis otras vidas, el error informático era la excusa, la tabla de salvación, cuando algo "no se podía hacer". Probablemente en el 90% de los casos de fallo, nunca era debido a errores informáticos, sino a falta de previsión, decisiones equivocadas o requerimientos imposibles.
Liberan a un oso con la cabeza atascada en un contenedor de plástico.
Al lado de este, otro titular que reza:
Se detecta la presencia de dióxido de carbono y metano en el exoplaneta K2-18 b. O sea, ¿podría ser habitable?.
El titular llama, ¿verdad?.
Si, pero sigues leyendo y resulta que el susodicho exoplaneta, K2-18 b, se encuentra a 120 años luz.
Que para ir de fin de semana, como que no. Ni tan siquiera para mudarte y huir del mundanal ruido.
Traducción de un año luz: Es, casi, 9 billones y medio de kilómetros. Ahora, multiplica por 120.
La estrella más cercana a la Tierra (dejando aparte el Sol) es Proxima Centauri, que se encuentra a 4.2 años-luz. Una nave espacial, viajando a la velocidad típica de un avión comercial, unos 900 km/h, tardaría más de cinco millones de años en llegar a esa estrella.
¿Cómo se te queda el cuerpo?
Me preparo otro café y compruebo que mi hora del recreo se acaba.
Otro titular.
¿Dónde comen pizza los italianos en Madrid?
Ni lo sé ni me importa.
Aquí tenemos varios sitios donde las hacen riquísimas.
En especial, un local pegado a la gasolinera.
Llamas por teléfono y ,en un momento, un coche aparca a la puerta de tu casa con la pizza calentita.
Si has salido de paseo o no te importa ir a recogerla, tenemos otro, de propietario italiano, que ocupaba la primera posición de mi ranking particular hasta ser destronado por el de la gasolinera.
Podría seguir. Hay más y todos ricos.
Bien.
Liberadas las neuronas. Empieza el día.
Y esta noche, ¿pizza?
¿Y tu? ¿Cómo empiezas el día?
Animo y suerte.

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