Si, ando necesitado de terapia.
Escribir, cocinar, caminar, pensar de forma ordenada, pero todo "padentro".
No pensar en nada, en nadie. Solo entender mis acciones, mis pasos.
En ocasiones, mi ira. En otras, esa complacencia casi enfermiza.
Hay seis cajas, inmensas, llenas de diapositivas en el pasillo.
Cajas llenas de risas, viajes, paisajes, personas, en estado de hibernación. Se quedaron pegadas en una celulosa de acetato y enmarcadas en cartón o en plástico.
En unos minutos escucharé las patas de Isi, bajando las escaleras, llena de ansiedad.
Cuando viene a vernos, el jardín es su droga. Llena de olores, pájaros, insectos y rincones por descubrir por centésima vez.
Cuesta hacerla entrar dentro, para que coma. Solo ella decide cuando es el momento de pedir compañía para sus carreras o para su soledad aventurera.
Al caer la tarde, busca calor. Se tumba en el sofá y siempre encuentra una mano que la acaricie.
Sol, algo de viento.
Ahí sigue el camino a Ítaca, solo abrir la puerta y decidir norte, sur, este u oeste.
Natalia canta una canción de amor o de desamor.
Su voz me relaja.
𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑣𝑎 𝑠𝑢 𝑣𝑒𝑛𝑒𝑛𝑜
𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑠𝑎𝑏𝑒 𝑝𝑜𝑛𝑒𝑟 𝑓𝑟𝑒𝑛𝑜
𝑁𝑜 𝑙𝑒 𝑑𝑖𝑔𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒𝑠
𝑃𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑙𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑣𝑎 𝑒𝑙 𝑣𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜
Se me antojan unas albóndigas de legumbres en salsa de verduras, con cous cous. Y también calamares. Calamares en salsa americana.
Seguro que la astenia primaveral es la que me tiene aferrado a esta silla, o la droga de Manuel, ayer. Gracias.
Ocho círculos rojos tirando a amoratados, en mi espalda, me recuerdan que mi omóplato se ha silenciado.
Isi, ya galopa, salta y ladra a las palomas. Natalia, canta ahora:
𝑄𝑢𝑖𝑠𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛
𝐴𝑙𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝑐𝑎𝑙𝑚𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑠𝑒𝑛𝑠𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛
𝑄𝑢𝑖𝑧𝑎́ 𝑒𝑛 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒, 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜́𝑛
𝑃𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑙𝑚𝑎 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟
Y las diapositivas, me llaman. Y la cocina, y la calle, y el cielo, y el mar, y el café, y aquella mesita de la entrada en mi casa de la infancia, llena de montoncitos de monedas, mientras en un tocadiscos portátil sonaba Raphael cantando a la Navidad. En blanco y negro o en color. Muchas cosas, pegadas en una celulosa de acetato y enmarcadas en cartón o en plástico, si.
Animo y suerte.
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