Predico el cambio. Intento sobrevivir al cambio.
Soy alguien distinto. Distinto de ayer. Distinto de hace cinco, diez años.
El mundo cambia. Crece, se transforma. Y nosotros debemos hacerlo con él.
Las normas, las costumbres, la flexibilidad de nuestros músculos.
El llavero que molesta en tu bolsillo cuando te sientas. Las mismas llaves, ya no abren antiguas cerraduras.
Tu mirada, tu piel, el color de tu pelo (si es que aun sigue ahí). Todo cambia.
Parece como si cada día, el cuaderno de caligrafía con el que aprendimos a escribir, también cambia y nuestra letra y lo que con ella expresamos se transforma. Puede que incluso, en otro idioma, con otros símbolos.
Aquel vaquero sobre el caballo que nos conducía a paisajes de aventura mientras succionaba un cigarrillo, se convirtió en un cáncer de pulmón que se lo llevó a otro barrio.
La tasa de crecimiento global se ha reducido pero, aun así, el año pasado nacieron 134 millones de almas, es decir, 4,3 cada segundo.
Las mayores tasas de fecundidad, corresponden a las naciones con menor progreso económico.
𝗘𝗹 𝗻𝘂́𝗺𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗳𝗿𝗶𝗰𝗮𝗻𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗱𝘂𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮𝗿𝗮́ 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝟮𝟬𝟱𝟬, 𝘆 𝗹𝗮 𝗺𝗮𝘆𝗼𝗿 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 𝗻𝗮𝗰𝗲𝗿𝗮́ 𝗲𝗻 𝗰𝗶𝘂𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀; 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗲𝘅𝗮𝗰𝘁𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗯𝗮𝗿𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗯𝗿𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗶𝘂𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀: 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝟮𝟬𝟯𝟬 𝗲𝗹 𝟲𝟬% 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗶𝘂𝗱𝗮𝗱𝗮𝗻𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗔́𝗳𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘀𝗲𝗿𝗮́ 𝗺𝗲𝗻𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗲𝗱𝗮𝗱. 𝗗𝗲𝗹 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝗹𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗿𝗼 𝗹𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗲𝗱𝗮𝗱𝗲𝘀 𝗿𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗲𝗻𝘃𝗲𝗷𝗲𝗰𝗲𝗿𝗮́𝗻. 𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗻𝗰𝗲𝘀 𝘁𝗲𝗻𝗱𝗿𝗮́ 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗿 𝗱𝗶𝘀𝘁𝗶𝗻𝘁𝗼: 𝗼 𝗹𝗮𝘀 𝗻𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗯𝗿𝗲𝘀 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻 𝗽𝗿𝗼𝗻𝘁𝗼 𝗲𝗻 𝘁𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗼́𝘀𝗽𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗺𝗮𝘀𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗰𝗶𝗲́𝗻 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲𝗻 𝘀𝗶𝘁𝗶𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗿 𝘀𝘂𝘀 𝘃𝗶𝗱𝗮𝘀 𝗱𝗶𝗴𝗻𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗹𝗮 𝘀𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗼𝗻̃𝗮𝗱𝗮, 𝗼 𝗮𝗯𝗿𝗶𝗺𝗼𝘀 𝗹𝗮𝘀 𝗽𝘂𝗲𝗿𝘁𝗮𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝗶𝗻𝗺𝗶𝗴𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻, 𝗹𝗮 𝘀𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲, 𝗼 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗹𝗱𝗲𝗿𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗹𝗹𝗮𝗿𝗮́.
Cambios, cambios. Uno tras otro, en paralelo. Somos más. Cada vez con menos recursos.
El coste de los alimentos, el de los combustibles, el clima, la subida de precios de fertilizantes y transporte. Demanda de más comida con más bocas que alimentar.
Nuestros cambios (más cambios) de dieta, reclamando más toneladas de grasa y azúcares.
Si, todo cambia. Y todo cambió sin que apenas te dieras cuenta. La vida cambia, mientras tu no levantas la cabeza del móvil.
Para dar de comer a más de 9000 millones de personas habrá que usar más tierras de cultivo, más agua. Campo para el ganado que produce carne y leche.
Levanta la cabeza, echa la vista atrás y ahora siente este momento. El de hoy, el de ahora mismo.
El cambio está ahí, en ti.
Pero cuidado, tal vez si te subes al cambio, seas distinto.
𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊́𝒂𝒏 𝒎𝒂𝒕𝒂𝒓
𝒍𝒐𝒔 𝒊𝒈𝒖𝒂𝒍𝒆𝒔
𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐.
𝑺𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏 𝒑𝒂́𝒋𝒂𝒓𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐,
𝒕𝒊𝒓𝒂𝒅𝒍𝒐;
𝒔𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐,
𝒄𝒂𝒆𝒅𝒍𝒐;
𝒔𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐,
𝒄𝒐𝒓𝒕𝒂𝒅𝒍𝒐;
𝒔𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒓𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒂,
𝒅𝒆𝒔𝒉𝒐𝒋𝒂𝒅𝒍𝒂;
𝒔𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏 𝒓𝒊́𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐,
𝒄𝒆𝒈𝒂𝒅𝒍𝒐…
𝒔𝒊 𝒗𝒆𝒊𝒔 𝒖𝒏 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐,
𝒎𝒂𝒕𝒂𝒅𝒍𝒐.
¿𝒀 𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍 𝒚 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐?
𝑨𝒍𝒕𝒖𝒓𝒂, 𝒐𝒍𝒐𝒓, 𝒍𝒂𝒓𝒈𝒐𝒓, 𝒇𝒓𝒆𝒔𝒄𝒖𝒓𝒂, 𝒄𝒂𝒏𝒕𝒂𝒓, 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒓
𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐
𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐;
𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒓𝒆𝒔
𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐
(𝒎𝒐𝒏𝒕𝒆, 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐, 𝒓𝒐𝒔𝒂, 𝒓𝒊́𝒐, 𝒑𝒂́𝒋𝒂𝒓𝒐, 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆):
𝒔𝒊 𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒃𝒓𝒆𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒊𝒈𝒖𝒂𝒍𝒆𝒔,
𝒉𝒖𝒚𝒆 𝒂 𝒎𝒊́,
𝒗𝒆𝒏 𝒂 𝒎𝒊 𝒔𝒆𝒓, 𝒎𝒊 𝒇𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒊𝒔𝒕𝒊𝒏𝒕𝒐.
Animo y suerte
- Distinto. Juan Ramón Jiménez. Una colina meridiana. 1942-1950
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