viernes, 8 de marzo de 2024

It's the final countdown



Ayer, alguien me recordó la canción de aquel grupo sueco del año 86, Europe.
La ultima cuenta atrás. Un grupo en el que unas frondosas y exuberantes matas de cabello rubio se movían de forma asincopada al ritmo de la canción.
Nos hablaban de un viaje a Venus.
Ese planeta que me encanta mirar al amanecer.
Aquel rubiales de ojos azules y cabellera equina, movía el micrófono insertado en un largo pie como si fuera una majoret. Lo giraba, lo subía, lo bajaba y se despedía de la Tierra, de la gente. Se marchaba a Venus. ¡Ahí os quedáis!, parecía decir.
Una despedida.
Tal vez, hartos de soportar este planeta que cada día me cuesta más entender.
La canción, inspirada en otra de David Bowie (Space Oddity), se utiliza en muchos estadios y eventos deportivos.
Es una forma de animar, de subir la euforia de seguidores y equipos.
Suena una y otra vez en mi cabeza. Tengo que seguir camino a Venus, cuatro, ocho semanas más.
Esta noche ha llovido. He abierto la ventana que da al jardín. Se oyen los pájaros y algún apagado motor de automóvil desde la avenida.
El sol juega con las ramas de los árboles mientras tarareo:
Supongo que no hay nadie a quien culpar
I guess there is no one to blame
Estamos dejando el suelo (dejando el suelo)
We're leaving ground (leaving ground)
¿Las cosas volverán a ser las mismas?
Will things ever be the same again?
Es la cuenta atrás final
It's the final countdown
¿Y cuando lleguemos a Venus? ¿Cuál será el siguiente paso?
Espero esta tarde o mañana, preparar la nave. Pasarle una mopa y bruñir los cromados.
Y si alguien me pregunta el porque, tal vez, me haga el muerto para no contestar.
Hay viajes que se hacen, porque sí. Porque queremos, por llegar a Venus, por alcanzar ese planeta que me gusta ver al amanecer.
Porque, quizás, volvamos.
Si no tienes respuesta, hazte el muerto, me han dicho que funciona.
Animo y suerte.

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