Cuantas dudas.
Y con el segundo café.
Leo a Juan Cruz. Siempre me ha gustado y leo al otro Juan, a Millás.
Ambos dos, hablan del mismo tema.
El uno, pide pastillas no para calmar al mundo, sino para entenderlo.
El otro, quiere apostatar del género humano.
Por un lado defendemos la reinserción social de un delincuente, pero por otro, nos ponemos hechos una furia de que "aquel" acosador que cumplió su condena siga teniendo un puesto en un Ayuntamiento e incluso que su grupo consiguiera varios concejales.
Pero claro, de esto, nos enteramos por casualidad.
Porque hay una moción de censura. Porque lo que interesa es eso y de casualidad. Y ya que estamos, nos ponemos muy dignos.
Y en esta semana, van dos...
Tampoco nos acodábamos ya de él. Cumplió parte de la condena, y durante un permiso carcelario huyó a Paraguay.
El uno, acosador. El otro, un asesino.
¿Reinsertados?
La ética y la estética.
Y volvemos al montón de arroz. ¿cuantos granos hacen un montón?
Cual debe ser mi sueldo, para poder opinar de lo que me dé la gana.
Que condena debo cumplir, para mi reinserción.
Pura paradoja.
Una sociedad enferma, que se mueve entre la ética y la estética
¿Quien es más ladrón? ¿El que roba? ¿El que pone el saco?
Animo y suerte. Tal vez algún día, esto, mejore.
Por si queréis hacer memoria:
La policía paraguaya detiene....
Nevenka, historia de una humillación
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