Sábado.
Vivo en la incomprensión, y aseguro que duele. Duele mucho.
No entiendo o no consigo "aceptar" muchas cosas.
Si, digo "aceptar". Solo necesito entender. Conocer las razones, por las que sucede algo. Ya no digo que me guste más o menos, eso vendría despues.
¿Cual es el motivo para que queramos las cosas aquí y ahora, como dice la Vicepresidenta de Amazon?.
¿Que mueve a dos chicas, de 14 años, a agredir a otra?.
¿Como consige la depresión anularnos y anular nuestro entorno?.
¿Y el cerebro?. Esa máquina tan perfecta, en la que en el momento que una conexión falla los recuerdos desaparecen.
¿Errejón se hará estas preguntas?
¿Donald (el pato no, el otro) relamente es consciente de lo que dice?
Toda la casa huele a brioche, a magdalenas.
He salido a la terraza para ver amanecer. El horizonte está rojizo.
Y tu diras:
- Piensas demasiado
Y yo no diré nada.
Un barquito de cáscara de nuez,
adornado con velas de papel,
se hizo hoy a la mar para lejos llevar
gotitas doradas de miel.
Un mosquito sin miedo va en él
muy seguro de ser buen timonel.
Y subiendo y bajando las olas
el barquito ya se fue.
Si, haré crema inglesa. Será el mar.
Y el brioche de mazapan, convertido en torrija, será el barquito.
Navegar sin temor
en el mar es lo mejor,
no hay razón de ponerse a temblar.
Y si viene negra tempestad
reír y remar y cantar.
Animo y suerte.
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