viernes, 9 de agosto de 2024

Más me quiero yo



Ayer, tras las reuniones, llamadas y mensajes, andaba "pocho".
No levanté cabeza en todo el día.
Tengo que hacer revisión. Eso que parece tan sencillo, pensar, se me complica.
Hoy, no ha empezado mejor el día.
Tenía taller de tobillo muy pronto. He salido con espíritu de recorrer andando esos casi 3 km. Pero a mitad de camino, he tenido que volver.
Me había dejado la toalla, ¡caguen!.
Al final, casi llego tarde.
Mientras la magnetoterapia hacía su trabajo, leo comentarios con tintes de odio, de tirar piedras al empedrado, porque sí.
El chico este, el huido, si hombre, este...
𝑪𝒐𝒎𝒐𝒔𝒆𝒍𝒍𝒂𝒎𝒆. Que yo ni me acordaba de él.
Y me pregunto:
¿A ti que más te da?
¿Es tan importante para tu vida? ¿En tu escala de prioridades ocupa el primer lugar para decir todas esas descerebradas estupideces?
Bueno. Ya. ¿Y a mi que me importa lo que digas?
Tal vez es que me importas tu. Y me decepciona tu actitud.
Tal vez (como siempre) esperaba más del "otro", de ti. Algo más de reflexión, que los valores ganaran a los motivos. Pero no. Te has dejado llevar por una conversación de barra de bar.
Repito. No me importa realmente lo que dices o lo que haces. Me importas tu, la idea o la expectativa que me generé de ti en un momento determinado.
Si, puede que hayas cambiado. Que tu entorno te afecte hasta tal punto que seas "otr@".
Aunque, tal vez, el equivocado sea yo.
Te puse en un pedestal y de pronto, te encuentro vociferando frases (claro, claro, es mi opinión) estúpidas.
Igual tu tampoco eres tan importante. Pienso, si eres otro "𝒄𝒐𝒎𝒐𝒔𝒆𝒍𝒍𝒂𝒎𝒆" que agita los brazos en medio del mar, mientras se ahoga, sin que nadie le haga caso.
Y de un plumazo, me olvido de los vociferantes, de las expectativas, de todo lo preconcebido.
Ordeno las prioridades. Hago examen de conciencia.
Un café y, mientras lo tomo, se reproduce un video musical.
Sonrío, incluso me emociono. Amor de papi.
Pelea, pelea, sigue, sigue. El esfuerzo, la lucha por un sueño.
Las expectativas no puede fijarlas nadie por ti (nadie). Solo tu.
No negocies nunca quien eres. No te midas por lo que otros digan de ti. Eres tu y solo tu.
Y recuerda aquella frase entre lágrimas:
"Te quiero mucho, pero más me quiero yo"
Grita, vocifera si es menester, tu eres lo único importante.
Animo y suerte.
Pdta.: Mucha mierda.

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