martes, 27 de agosto de 2024

Tener, ser



Reviso clausulas, obligaciones contractuales y pactos.
Me recuerda aquella primera vez en el notario.
Mi primer piso.
Era un ático, en la Calle del Comercio, en Lleida.
Diminuto, con una gran terraza, sin ascensor.
No creo que fuera un inmueble a valorar, en estos momentos.
Aquel señor, leía párrafo tras párrafo.
El préstamo, a un tanto por ciento de interés que hoy tildaríamos de usura.
Yo, solo quería mis llaves.
Me daba igual lo que dijeran los papeles. ¿No podía leer más rápido?
La necesidad del "tener", igual que la del "ser", nos ofusca.
Envío documentos, recomendaciones y diseño un plan. De confianza, de tranquilidad, pero también de compromiso y obligación.
Puede que alguien lo lea detenidamente, incluso puede que no esté de acuerdo con mis ideas.
No será fácil. Hay muchos detalles.
Aunque puede que, como yo, en aquella ya lejana situación solo quiera "tener", sin reparar en nada más.
Otro café. Otra reunión. Esta, de ánimo. Paciencia. Zamora no se ganó en una hora, dicen.
Preparo patatas cocidas que acompañarán con unos champiñones al ajillo y, también, un salteado de calabacines, cebolla y berenjena con crema de avena y miso verde.
Hay pasta con ajitos y salsa de guindillas.
Yo, solo cocino. Repito verdura con gambas y calamares de ayer y algo de ensalada de tomate y pepino.
Hay que bajar peso.
Me entra un mensaje.
Un mensaje de 2.330.960 USTD.
Al cambio, teniendo en cuenta que es moneda estable, aunque al mismo tiempo también es una criptomoneda que siempre equivale al dólar, serían 2.087.653,18 €.
Adjuntan el usuario y la contraseña.
¿Cuántos habrán picado?
Sigo entre papeles, intentando sacar la cabeza.
Voy a hacer una de Euromillones. Sin usuario, ni contraseña.
Son 104 millones. Igual con eso, lo de tener me da igual.
Pero lo de ser, ¡ja!.
¿Tu conoces a alguien que le haya tocado?
Tener. Tener. Ser.
Animo y suerte.

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