sábado, 31 de mayo de 2025

Viaje a ninguna parte


Mientas conducía, intentaba que mi cabeza fuera una grabadora. Era imposible tomar instantáneas en todas las direcciones.
De frente y a los lados, la montaña me mostraba su amanecer. El verde de la arboleda, las sombras jugando en cada curva.
A mi espalda, el mar me despedía en un viaje a ninguna parte, o así quise verlo. Como aquellos cómicos de Fernando Fernán Gómez, que despiden una época.
El río a mi izquierda. Todo estaba muy verde. En pocos minutos, los campos de cereales me darán los buenos días, protegidos por hierbas salpicadas de amapolas y margaritas.

Que por mayo era por mayo
cuando hace la calor
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor

Empiezo a tararear el Romance del prisionero, mientras una larga recta me presenta el paisaje en cinemascope.
Era una de las canciones que cantaba, como nana, a mis hijas. La versión de Paco Ibáñez, bajando mucho la voz y tratando de acariciar más que cantar.

Cuando canta la calandriaY responde el ruiseñorCuando los enamoradosVan a servir al amor

Frondosos árboles franquean la carretera. Recuerdo haber pasado por aquí cientos de veces. Juego mentalmente con sus formas al no disponer de nubes para el entretenimiento.
Este, el de la izquierda, parece una cara y mientras me acerco se convierte en una gallina, con su cresta y su pico. Hace años, uno de estos árboles, era un pollito. Tal vez era el mismo que ya ha crecido.
La laguna queda atrás y poco a poco, llego a la zona de huertas. Una rotonda, dos, entrada a la ciudad.
Con suerte, aun no habrán cerrado. He perdido ya la memoria de este lugar.

sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,

Claveles rojos, blancos y jaspeados, unas hojas de helecho verdes y ramitas de paniculata blanca completan el ramo.
El calor es de puro verano. La entrada al cementerio está desierta, es casi la hora de comer.
Al final del camino, una fuente donde los visitantes a los finados, cogen agua para regar las flores del recuerdo.
No he traído botella, pero, recuerdo que en uno de los cipreses cercanos al nicho familiar mis padres "escondían" una de plástico para estos momentos. Si, sigue ahí.
Monto el ramo. Leo nombres, fechas. Me sorprendo del tiempo transcurrido en la muerte y en la vida.

Sino por una avecilla
Que me cantaba el albor
Matómela un ballestero
Dele Dios mal galardón

Aun tengo tiempo para pasear por el parque y saludar a las pajaritas danto un repaso a la memoria
Los bancos donde comíamos pipas, donde nos besamos, donde el primer amor y las primeras borracheras me dieron calor en invierno.
El templete de la música. Los plataneros.
Camino al hotel veo comercios, locales y edificios que no conozco. Si recuerdo donde estaba el Banco Zaragozano, la estación de autobuses, incluso aquella pequeña tienda de chucherías que ocupaba un mínimo espacio en el patio de una casa.
Aquel chalet de La Petra, la Casa de Socorro...
Volver para irse. Irse para volver a ninguna parte.

Que por mayo era por mayo
cuando hace la calor
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor

Matómela un ballestero
Dele Dios mal galardón

Animo y suerte.

viernes, 23 de mayo de 2025

Contar ovejitas


Otra noche de poco sueño.
Leer noticias no ha ayudado.
Egipto puede ser el receptor de los supervivientes de la franja de Gaza. Poner un cuenco de comida lo más cerca posible de su frontera hará que se desplacen hacia allí y solo quedará darles el empujón final.
Donald (el pato no, el otro) está en el ajo.
Fuerzas israelíes disparan contra una delegación de diplomáticos europeos y de otros países, reza el titular. Mientras, en Marruecos, tropas israelitas se despliegan en maniobras militares convocadas por EEUU.
O sea, podría opinar sobre lo del puticlub del Parador de Teruel o del hermano de "perrosanches". Le he dado vueltas a lo que se dice y se escribe sobre el novio de la Megaprincesa, si, ese que hacía facturas falsas pero que como es presuntamente no pasa nada.
También me rondan ideas (y ninguna buena) sobre el (presunto) atropello en Madrid de una niña con rotura de fémur, por el coche del director policial.
Es decir, me bulle, me bullen las ideas, los pensamientos.
El líder de los obispos dice algo sensato. Ha llamado al líder de la oposición (en el Gobierno, no en la Conferencia Episcopal), "tonto" (Presuntamente). Porque como todos sabemos, tonto es el que dice tonterías (Forrest Gump).
El señor obispo, parece que evoluciona desde aquel comentario sobre los sacerdotes:
"Pedimos que se reconozcan y sean enteramente varones, por lo tanto heterosexuales"
Y su posterior rectificación (que no se que fue peor):
".. no quiero decir que los varones homosexuales no sean perfectamente varones"
Ya, claro. 
Pero como el tema no quedó claro, pues lo aclaró un poco más y se le fue de las manos.
Lo del fiscal General, otro. 
La rueda de prensa de Melody el próximo lunes. Bufff, esto, si que si, me tiene de los nervios. Mucho más que la problemática de vivir en Segovia y trabajar en Madrid.
Y yo pretendía dormir como un bebé. 
Pero si ni los bebés pueden dormir con esta situación.
He llegado a plantearme aquel método antiguo (viejuno) que utilizaban para "animar" a las criaturas o para que se durmieran. Huevo con vino y azúcar. Pero, al igual que la fábula del escorpión y la hormiga, no puedo ir contra mi naturaleza y me he liado haciendo el huevo a baja temperatura, gelificando el vino y haciendo un caramelo con el azúcar.
Es decir, que la cabeza me bulle con todo lo que pasa en este mundo (presuntamente), tengo la cocina hecha un sindiós, y no he dormido. 
Esta noche, intentaré contar ovejitas. Aunque creo que solo me quedan pendientes de inventariar las de Carmen Sevilla.
Ainssss, Carmen Sevilla, María del Carmen García Galisteo. 
Que tiempos aquellos del telecupon, de las campanadas de 1994, felicitando 1964; de cuando se le olvidaba ponerse los zapatos y aparecía en zapatillas de estar por casa ante las cámaras.
Seguro que su opinión sobre todo esto, al menos, nos haría sonreir.
¡Que grande! ¡Ayyyy! mis ovejitas.
Animo y suerte.


jueves, 22 de mayo de 2025

Ojo por ojo. Todo el mundo ciego


Segundo café.
Me he levantado a cámara lenta. El día ha salido oscuro, pero seguro que en un par de horas el sol castigará tomando fuerza de verano.
Falta aún un mes. Sé que me quejaré del calor, del sol, de la humedad, de que cualquier movimiento genere sudor pegajoso, pero tengo ganas de que llegue.
Leo las noticias, aunque no se muy bien porqué. Si, claro, dirás: Para estar informado.
Pues no se si eso es bueno o regular, por los contenidos que nos lanzan.
La duda intermitente, como escribía ayer, no me deja.
Busco el equilibrio, pero tengo claro que con el tiempo lo que ahora nos alegra, nos preocupará.
Y lo que nos preocupa, pasará al olvido si no nos afecta de lleno.
Quien se preocupa de "la extensión de los tentáculos de los Hermanos Musulmanes en Francia" por una posible “amenaza para la cohesión nacional”, tiene enfrente a aquellos que piensan que el celebrar un consejo de defensa sobre la cuestión supera “otro umbral de islamofobia”.
Claro, estos últimos, tienen entre sus votantes áreas de implantación musulmana, donde dispone de una gran reserva de votos.
El Yin y el Yan. ¿Buscando equilibrio?. Me da que no.
Otra: « ...la actividad de algunos servicios de inteligencia extranjeros continúa siendo una de las “principales amenazas” para España »
Nos preocupa (asusta) cuando nos dicen que la inteligencia artificial nos arrebatará el puesto de trabajo o los "servicios de inteligencia" son una amenaza. ¿Renegamos de la inteligencia?
Nos dicen que si bebemos, debemos hacerlo con moderación. Lo mismo pasa con el consumo. Debemos ser moderados para contribuir a la sostenibilidad.
Moderación en las redes sociales, moderación como clave de una vida equilibrada.
Siempre he dicho que el miedo es gratis, cada uno toma el que quiere. Habría que añadir que debemos hacerlo con moderación (lo de tener miedo).
Y sigo leyendo, con moderación. La misma moderación con la que siento el miedo (preocupación), esa emoción desagradable que me produce la lectura; pero debo esforzarme para mantenerlo ahí, moderado (el  miedo, la preocupación).
Dicen que el miedo nos ayuda ante las amenazas. Ves, otra vez. 
El equilibrio. El miedo no nos gusta, pero nos ayuda. Es un elemento de supervivencia y de defensa.
Nuestro cerebro reptiliano. Ahí es donde nace.
El holocausto creo un estigma en el pueblo alemán que aun ahora sigue existiendo.
¿Qué ocurrirá con esos cerca de 10 millones de israelitas? Genocidas porque su mandatarios con su beneplácito están realizando una limpieza étnica, una forma cruel de venganza. 
Israel, quinto en el ranking de países más felices en 2024. Finlandia, aparece en primera posición y España ocupa el puesto 36.
Tal vez la felicidad sea algo que aun no hemos entendido.
Me viene de nuevo a la cabeza Saramago y su "Ensayo sobre la ceguera".
De esa masa estamos hechos, mitad indiferencia y mitad ruindad.
Ojo por ojo, diente por diente.
Ghandi decía que el ojo por ojo iba a dejar ciego a todo el mundo.
Llegamos tarde. Así estamos, camino de la ceguera.
Animo y suerte.

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miércoles, 21 de mayo de 2025

La duda intermitente


Estoy pendiente de las declaraciones de Donald (el pato no, el otro), al resultado obtenido por Melody en la Euro-vergüenza. Solo falta él por opinar.
Y como yo también tengo culo, pues opino. Vergonzoso.
Un evento que mueve muchísimo dinero y que, su patrocinador (¿principal?) Moroccanoil algo tiene que ver con Israel, es capaz de dejar fuera del concurso a Rusia, pero no a Israel.
Unos mil millones de personas de audiencia y con una historia que arranca en 1955, ideado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tomando como modelo el festival de bandas militares de Francia.
Y tu pensabas (como yo) que esto era una iniciativa del mundo de la cultura y el periodismo, pues no; era el medio de propaganda cultural e ideológica favorable a la OTAN.
Lo siento por Melody, y lo siento por todos esos músicos que empiezan y tienen que vender su alma y su música a cualquier diablo que les ofrezca un poco de popularidad o reconocimiento de su arte.
Ser integro y consecuente con tus principios y valores, no suele ser bueno para prosperar, da igual el ámbito. La música no se escapa.
Esperaba rebeldía. Deseaba que Melody interpretara su canción sin audio. Los 4 minutos más silenciosos de Euro-vergüenza. Moviéndose, agitando su melena y su coraje al viento, haciendo un "ventilador" silencioso. 
No, claro. Ninguno de los participantes hizo un gesto. No era su objetivo. Ellos querían triunfar. Lo suyo es la música.
Todo es política, si. Y, dicho esto, tengo dudas.
Por mucho que oiga los rebuznos de Donald (el pato no, el otro), las extravagancias libertarias de la Megaprincesa Isabel Natividad, los balbuceos ignorantes del obispo emérito de Alcalá o los titulares alimentando al quinto poder, tengo dudas.
No se cual es el lado bueno de la historia. Cuando me posiciono, incluso utilizando el sentido común, a mi alrededor veo que somos pocos. Ya, ya. Que seamos pocos no quiere decir que no estemos en el lado correcto, pero tampoco quiere decir que nuestras ideas sean las únicas.
Y llego a ese punto de hablar de "los otros". 
Los que piensan o dicen pensar como tu. Los que dicen y actúan de otra manera.
¿No fue real la euforia de la libertad, de la igualdad? ¿Una operación de marketing donde muchos creímos que podríamos ser mejores?
La globalización que aplaudimos, la tecnología que aportaría democratización del conocimiento, el desarme, la sociedad del bienestar, poco a poco han mostrado su cara amarga. Pero, ¿debemos dejar de apoyar aquellas ideas que hasta hace poco entendíamos como "el camino"? o seguir luchando por ellas, porque entendemos que nos mejoran como sociedad y como seres humanos.
Recuerdo la novela de Saramago Las intermitencias de la muerte. Saramago construye un país donde la gente, repentinamente, deja de morir.
¡Que maravilla! La gente sale a las calles encantada de no morir. Pero poco a poco, todos los elementos de la sociedad de ese país, entran en la duda.
Si no hay muerte, no hay resurrección, dice la Iglesia. Las compañías de seguros, tendrán que cerrar. Las pensiones deberán pagarse ad eternum etc, etc.
Como le advierte el Rey al primer ministro:
« Si no volvemos a morir, no tenemos futuro »
Hace algo de viento. Iré hasta la costa con Roy Batty. Espero que no llueva
« Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir. »
Animo y suerte
.




sábado, 17 de mayo de 2025

El triángulo de Tartaglia



Empiezo a pensar que mi insomnio, mis problemas para conciliar el sueño, no tienen nada que ver con el sueño en si, sino con el despertar.
¿Y si no me despierto? ¿Cómo será eso que algunos dicen que hay después?
¿Y si no hay nada?
Tampoco espero, si eso ocurre, un despliegue de personas con luces, banda de cornetas y tambores y pancartas de bienvenida a ese lugar, llamémoslo, "quiensabedonde".
Pero el simple hecho de hacerme esas preguntas unos minutos antes de caer en brazos de Morfeo, me genera inquietud. No, no es miedo a no despertarme. Si ocurre, tengo pocos medios para evitarlo. Es más curiosidad.
Ese momento siempre lo he imaginado como un fundido a negro, sin sonido. Ese túnel con una luz al fondo del que muchos hablan, en mi caso, me lleva a la infancia. 
Al comedor de aquella vivienda sindical que nunca consigo adecuar a su tamaño real. El televisor era un Emerson, grande, muy grande. Blanco y negro. La pantalla estaba incrustada en una caja de un material parecido al poliéster y descansaba sobre una mesa de ruedas con una balda en la que estaba el transformador (si, tengo una edad).
Cuando presionabas la tecla de apagado, toda la pantalla quedaba en negro excepto un punto de luz en el centro que, poco a poco, también desaparecía.
Vale, si. Puedo utilizar todas las técnicas que se te ocurran (yo creo que he utilizado todas o casi todas) para intentar llegar al fundido a negro sin enterarme y tener un descanso reparador.
Una infusión, leer un libro, escuchar una música suave y relajante, contar hacia atrás a partir de 300, de 3 en 3 o hacer el triangulo de Tartaglia hasta el infinito mentalmente, etc.
Los resultados han sido poco satisfactorios. Siempre acabo en la gasolinera.
Con la infusión, he llegado a tomar varios litros y llegado el amanecer, salir a comprar más infusiones. El único sitio abierto: la gasolinera.
Lo del libro, puedo leérmelo del tirón y seguir con la letra pequeña de la caja de las infusiones, que hace que me tome una infusión y de nuevo acabe en la gasolinera.
Lo de la música suave, lo evito. Acabo siempre en la gasolinera comprando un libro e infusiones.
Contar hacia atrás a partir de 300, mal también, siempre me descuento y tengo que volver a empezar. Me tomo una infusión, me leo el libro y vuelta a la gasolinera.
A veces, el triangulo de Tartaglia parecía ser efectivo pero en cuanto llegaba a la gasolinera, pegaba la hebra con el muchacho del turno de noche (ya me conocen todos) y acabamos en el bar de enfrente desayunando y discutiendo sobre si una representación de los coeficientes binomiales ordenados en forma de triángulo data del siglo X, en los comentarios de los Chandas Shastra o tiene su origen en un libro antiguo indio de prosodia del sánscrito escrito por Pingala alrededor del año 200 a. C.
Claro, el día que consigo dormir, me despierto también inquieto.
¿Qué habrá pasado durante estas horas en las que he "desaparecido"?
¿Se habrá producido la invasión zombi?
¿El meteorito estará a punto de impactar?
¿El de la gasolinera habrá entendido la diferencia entre el triángulo de Tartaglia y el de Sierpinski que le explique ayer?
¿La Megaprincesa Isabel Natividad habrá descubierto su gran pasión y le hará la competencia a Melody?

Una diva no pisa a nadie para brillar
Su voz le hace grande, ¿qué más da?
Si ella es libre cantando como un pez en el mar
Una diva es valiente, poderosa
Su vida es un jardín lleno de espinas y rosas
Resurge bailando
Con más fuerza que un huracán

Si, pienso demasiado.
Animo y suerte.

viernes, 16 de mayo de 2025

Afortunado


Soy muy afortunado. Si echo la vista atrás podría decir que siempre lo he sido aunque, siempre, sea demasiado tiempo.
Con el paso de los años no he cambiado demasiado en mis convicciones, reconociendo evolución en casi todas. No hablo de calma ni de sosiego, no hablo de una mayor reflexión. Sigo teniendo un pronto complejo y mi carácter reconozco que no es fácil.
Si he aumentado mi poder de contención. Quiero decir que tardo un poco más en mandar a alguien a la mierda y que, en ocasiones, utilizo lo de "gracias, es usted muy amable" con el mayor tono irónico del que soy capaz.
Ya no voy a la guerra por el gusto de guerrear. Agoté todas mis baterías en explicar y hacer entender conceptos o creencias. Me he liberado de la necesidad de sacar a alguien de su error, sobre todo a aquellos que su ceguera es mental. Pero me cuesta y vuelvo a caer en ocasiones.
Las madres espartanas cuando sus hijos iban a la guerra repetían aquella frase:
𝐴 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑠𝑒 𝑣𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑑𝑜. 𝑌 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑠𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑑𝑜 𝑜 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑒𝑙 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑑𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑠𝑖𝑛 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑑𝑜.  
Valentía, integridad, honor.
Leo alguno de los comentarios provocados por mis reflexiones y esa misma evolución de la que hablaba me permite sentir lastima. Compadezco a aquellas personas que resumen su pensamiento en tópicos, en argumentos no analizados. Siento pena de quien después de una vida, supuestamente mejor y más cómoda que la de otros, se guían por el miedo, por la ignorancia, por la manada. Siempre es mejor la lastima que el odio.
Soy muy afortunado. Soy consciente de que perdono pero no olvido, me esfuerzo en mejorar aun sin los mejores resultados, no soy de banderas, credos o colores y cualquier discusión o enfrentamiento de ideas intento llevarla al análisis, aunque mi sangre me pida alfanje y horca.
Si, siento pena de ti, por ti. Creo que necesitas unos minutos de fragilidad, de reconocer que no eres nada sin tu manada. Verte desnudo ante el espejo y poner en valor lo conseguido.
No, no hablo de dinero, de propiedades, hablo de valores, de ser consciente.
Todos cometemos errores. Tu, el primero.
Tu color de piel, no te hace mejor. Militar en un partido u en otro, tampoco. Hablar un idioma, dos o cien, no hace que seas más comprensivo o menos ignorante que un muchacho que llega a la costa buscando una vida mejor.
Confío en que un día los corderos se conviertan en leones.
Animo y suerte.



jueves, 15 de mayo de 2025

Escribas y funcionarios


Ayer, lamentablemente, di un salto al pasado. Me encontré con el "funcionariado" más casposo que podría haber imaginado.
Después de intentar que la Administración electrónica resolviera mis dudas, pedí cita previa.
El gran recurso que, en tiempos de pandemia, permitía mantener distancias y que ahora también mantiene "la distancia".
En una gran sala (y cuando digo "gran" es que era muy, muy grande) había hasta 12 puestos de atención a ciudadanos.
Tras atravesar un control, ejercido de forma férrea por un empleado de una empresa de seguridad, y darme cuenta de que los conocimientos sobre procedimientos administrativos por parte de aquel caballero eran enciclopédicos, tomé un nuevo número de la máquina dispensadora.
De los 12 puestos, sólo la mitad estaban ocupados por algún funcionario, y no todos estaban dando atención.
Cita solicitada a las 9:30. Casi 30 minutos después, mi código de números y letras salta en la pantalla. Mesa 6.
Me da la sensación de que aquello no va bien. Mentalmente, mientras me dirijo al fondo de la gran sala, me hago el firme propósito de mantener un perfil bajo. Yo no se nada. Yo, no he mirado la web por arriba y por abajo. Yo, no me he leído el Boletín Oficial. Yo vengo a que me expliquen.
Yo... no se si sentarme. La funcionaria del otro lado de la mampara no me mira. 
Ni tan siquiera levanta la cabeza, pero ha dicho algo que no llego a escuchar por el grosor del muro transparente que la rodea.
- ¿Perdón?
- ¿Qué deseaba?
Trato de hacer mis dos consultas pero no llego ni a terminar de enunciar la primera.
Adopto un perfil mucho más bajo y dejo que aquella persona que sabe mucho mejor que yo, lo que quiero preguntar, se explaye.
Intento, diciendo aquello de "creo que no me he explicado", echarme la culpa del error y así retomar el punto de la consulta.
Pues no. Ella, sigue.
Llegado un momento de su discurso, se levanta con mi documento de identidad en la mano (¿será para que no me escape?) y busca una impresora (que no encuentra ¿la usa poco?) donde saldrá la información que ha decidido que es de mi interés.
Cuando vuelve con un manojo de hojas, pienso en aquella canción de los nardos apoyaos en la cadera, como si fueran folios. Perfil más bajo. Estoy rozando el suelo.
Ella sonríe. Se siente satisfecha y me mira mientras me repite la información que aparece en los documentos y que yo, por mucho que insista, no necesito.
En ese momento de debilidad por su parte, casi sin respirar, le hago ver que esa información no es la que busco y le detallo, de nuevo, mi necesidad.
- Mire, ¿ve usted aquel pasillo?. Tome otro número de la máquina y mis compañeros le resolverán esa duda.
Intente que mi cara reflejara agradecimiento, como el siervo agradece al amo que lo deje vivir, aunque Dexter, aquel asesino en serie de la televisión pugnaba por salir de mi interior.
Eran las 11:00. 
Estoy al fondo de aquel pasillo con un nuevo número. Veo dos funcionarios que increpan al caballero de seguridad para que controle lo que llega a su territorio. Uno de ellos, coge su bolso y se va. Queda uno. Somos cuatro personas esperando. Un matrimonio con una criatura que derrocha rizos y risas, otro caballero y yo.
En fin. Os ahorro los detalles.
Querían que volviera al sitio de donde venía. Comprobé que desconocían la legislación y se llevaban fatal con sus compañeros del otro lado del pasillo. 
Mi tono cambió de perfil bajo a cajas destempladas.
- No, no. Si tiene usted toda la razón. Proteste, quéjese, está en su derecho. Pero, espere por favor, no se vaya. Que ahora viene mi compañero que lleva un chorro de años aquí y le hará ver que está equivocado y que usted no quiere esa información.
Claro. Un pasillo de distancia y un muro transparente.
Nos merecemos lo que tenemos. Si.
Animo y suerte.
Pdta.: Si algún funcionario se siente aludido, pues eso, proteste, quéjese, está en su derecho. Yo, voy a hacerlo ahora mismo.






miércoles, 14 de mayo de 2025

Buen viaje, Pepe

Ayer, martes y 13.
Desde distintas culturas, ya en la antigüedad (o sea hace una pila de años), el pobrecito martes ha sido considerado de mal agüero.
Consagrado al dios Marte, el de la guerra.
Martes y 13: La Torre de Babel entró en crisis por la confusión de lenguas.
En la cábala judía, son 13 los espíritus malignos.
Podríamos seguir anotando puntos en su contra. Desde ayer, por mi parte, le añadiré a ese día y fecha uno más.
Pepe, se fue.
Igual que Juan José Millas en muchas ocasiones es mi refugio, más que refugio, liberación; Pepe Mújica era mi esperanza.
Una buena amiga, me envía una noticia digna de aparecer en la portada de 𝐍𝐨𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨, junto al niño murciélago o al extraterrestre que entregó a la justicia a Roldan.
𝐴𝑙𝑣𝑖𝑛 𝐿𝑢𝑐𝑖𝑒𝑟, 𝑝𝑖𝑜𝑛𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑢́𝑠𝑖𝑐𝑎 𝑒𝑥𝑝𝑒𝑟𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙, 𝑓𝑎𝑙𝑙𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝟸𝟶𝟸𝟷 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝟿𝟶 𝑎𝑛̃𝑜𝑠, 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑜𝑛𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑠𝑜𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒.
¿Te imaginas?
Todo el disco duro de Pepe Mújica, en la nube.
Seguimos con la caja de Pandora abierta. Se liberaron todos los males de la humanidad. Dicen que en el fondo de la caja, quedó la esperanza.
Para Nietzsche «la Esperanza es en verdad el peor de los males, porque prolonga los suplicios de los hombres». Por eso colocarla en el fondo de la caja.
Y ahí seguimos. Y aquí sigo, entre lágrimas, añorando el ultimo libro de Millas, despidiendo a Pepe y con el run run (no el de la Megaprincesa, que también) de Melody.
Aquí sigo, en un café de amanecer, queriendo galopar lleno de rabia hasta el mar.
𝘈 𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢𝘳, 𝘢 𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢𝘳, 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘳𝘳𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳
𝘕𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦
𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘴𝘪 𝘷𝘢 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘮𝘰𝘯𝘵𝘶𝘳𝘢
𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢 𝘤𝘢𝘣𝘢𝘭𝘭𝘰 𝘤𝘶𝘢𝘵𝘳𝘢𝘭𝘣𝘰, 𝘫𝘪𝘯𝘦𝘵𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘶𝘦𝘣𝘭𝘰
𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘦𝘴 𝘵𝘶𝘺𝘢

martes, 13 de mayo de 2025

Alambradas


A la izquierda, el mar da lametones delicados a la playa. Llevo varios kilómetros de caminata y noto como las gotas de sudor se escurren por mi espalda.
A la derecha, un camping de caravanas. Grandes furgones, casas rodantes que en ese momento me parecen varadas en medio de la nada por falta de combustible. 
Sus habitantes, deambulan alrededor del mobiliario esparcido cerca de sus casas. Hay una alambrada. Pienso si es un campo de concentración de campistas y que están ahí retenidos, castigados a vivir frente al mar. Algunos, han vallado su propia parcela y, dentro, sus perros me observan con mirada de ansia de libertad.
Matrículas holandesas, belgas, francesas, lo convierten en internacional.
Llegando a la última cala, un par de gaviotas se ríen de los bañistas que, valientes, se meten en el agua.
Al fondo, ya de vuelta, una urbanización fantasma que pronto abrirá sus ataúdes para llenar la arena de cuerpos níveos al sol. Los pinos piñoneros me dan la razón y vuelvo la mirada al campo de concentración. Ahí siguen, no se mueven, solo están.
El camino de tierra está lleno de charcos que obligan a buscar alternativas para cruzarlos.
Lastima no tener unas botas de agua y unas cuantas decenas de años menos. ¿Y si me quito las zapatillas? Saltar sobre los charcos y confundir los chorretones de barro con el sudor propio. No se cual sería la sensación. Y no me refiero a la de saltar y mancharme, sino a tener esas decenas de años menos.
Barro eres y en barro te convertirás.
El sol sube más alto. Será un día de calor.
Los gemelos se han confabulado con Aquiles. Bajo el ritmo con la excusa de mirar al horizonte. Siempre hay una excusa para bajar el ritmo.
Un cordón de seguridad protege a las especies de la zona. Otro campo de concentración, esta vez, de arbustos, hierbas y plantas.
Llego al asfalto. No hay dolor, sigue.
La playa continua con una abierta y gran curva. Al fondo, un pequeño rompeolas que protege al Club Náutico. Otro campo de concentración, sonrío. Este de embarcaciones.
Vallas, alambradas, rejas, muros que protegen, que encierran.
Según a que lado de la alambrada te veas, protegido, encerrado.
Otro caminante acompañado de su mascota, se acerca mirándome. Por su color de piel y aspecto, lo saludo en inglés, sincronizados, él lo hace en alemán y los dos sonreímos. Error.
Ancianos apoyados en andadores, prisioneros con sombrero o gorrita, mujeres y hombres  arañando el retorno a la juventud, el ansia de estar en forma, resoplan y sudan, saludando con un ligero movimiento de cabeza par no perder aire, ni ritmo.
Todos nos movemos pegados a la alambrada del mar.
Cuando llegue y atraviese el alto seto que rodea a mi casa, tomaré una ducha y escucharé las noticias que me recordarán lo lejos que estoy.
Tal vez, la libertad sea esto. Vivir cerca de la alambrada.
Animo y suerte.




lunes, 12 de mayo de 2025

Pausa



Martes  Lunes.
Antojo de galletas y también de pan.
Hace algo de viento. Retrasaré mi caminata al mediodía.
Prepararé las de cacao y vainilla. Seguro que, a la vez, me pongo con el pan para bocadillos.
Tengo setas y tengo pak choi. Dorar la verdura y añadirle las setas al ajillo, será un buen entrante.
¡Pling!
"Aviso de cortesía de una nueva notificación electrónica"
¡Pling!¡Pling!¡Pling!
Y no una, cuatro. El Ayuntamiento de Madrid, me quiere, me necesita, me reclama.
Mientras, el técnico de la caldera llama a la puerta.
Dejé este texto sin terminar, ya hace casi una semana, igual que las galletas, igual que tantas otras cosas.
A veces pienso que es mejor dejarlas así. Me refiero a las cosas que queremos hacer, a esos planes y proyectos. Como los viajes. Lo mejor de ellos es el camino.
Llegaron más notificaciones, estas, de la Agencia Tributaria.
¡Pling!¡Pling!
La Agencia Tributaria, me quiere, me necesita, me reclama.
Una paloma ha venido hasta el alfeizar de mi ventana. No se porque, pero de un tiempo a esta parte los pájaros, gorriones y palomas, se acercan como si la casa fuera de su propiedad y campan en los poyetes y barandillas, tal vez, notan que echo de menos a Mirlo o ha sido 3Patas quien los ha invitado, con engaños, para en el momento en que se sientan confiados, devorarlos.
En menos de una semana, han cambiado muchas cosas. Habemus Papam.
Los chicos de la guerra siguen en su competición de "quien orina más lejos" mientras las victimas vuelven a ser números. Hablan de tregua.
El viento parece que amaina. Saldré a caminar y seguiré pensando en enterrarlos en el mar.
Una sopa de calabacín con espinacas y allí coceré la pasta. Almendras, ajo, perejil y cayena.
Mirlo, ¿sabes?, te echo de menos.
Parece que todo está en pausa. ¿Galletas?
Animo y suerte.

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domingo, 4 de mayo de 2025

Abrazos


Preocupante.
Ese 20% de votantes alemanes que pueden llegar a ser declarados ilegales por su extremismo.
Aquí, un 17% de votantes apuestan por ideas poco o nada democráticas.
En el Parlamento Europeo, rozan el 25% de los escaños.
Hoy, en Rumanía, se repiten las elecciones anuladas hace seis meses. El alto tribunal (la justicia) decidió apartar al candidato ultraderechista por financiación ilegal e intervención rusa.
Preocupante.
Detener la política de Bruselas, es uno de los objetivos de los "amigos" europeos del movimiento MAGA (Make America Great Again).
Pero ¿tienen un frente común?.
Los datos de encuestas realizadas en distintos lugares del mundo no revelan una simpatía diferencial por parte de los votantes de la extrema derecha hacia los poderes autoritarios.
Y tampoco parece que exista ese frente común.
Un reciente estudio del CIDOB (Centro de investigación en relaciones internacionales de Barcelona), los clasifica en ultraconservadores, populistas nativistas, autoritarios nacionalistas y libertarianos. No plantea una gran conexión entre ellos y solo muestra cierta preocupación por los autoritarios nacionalistas.
Preocupante.
Releo un texto, que día como hoy, del año pasado, en el que reunía en mi jardín a Rousseau, Montesquieu, Durkheim y Althusser, para hablar de leyes.
Pienso en el ser, y en el debe ser.
El abrazo de una reina con una princesa en Panamá. No hay besos. ¿Hay alguna Ley protocolaria de la realeza que lo prohíba? Se abrazan, se separan, se miran y se vuelven a abrazar.
Ha llovido.
Os dejo con Montesquieu, salgo hacia el mar.
"...𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑠𝑢𝑠 𝑙𝑒𝑦𝑒𝑠: 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑙𝑎 𝑑𝑖𝑣𝑖𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑚𝑎𝑡𝑒𝑟𝑖𝑎𝑙; 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑙𝑖𝑔𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠 𝑠𝑢𝑝𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑎𝑙 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒; 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑏𝑟𝑢𝑡𝑜𝑠; 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑒𝑙 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒"
Animo y suerte.

jueves, 1 de mayo de 2025

Un tiempo maravilloso

 

¿No te da la sensación de que hay mucha gente con ganas de que todo vaya mal?
No, no me refiero a hacer la gracia de que estemos esperando a un meteorito o que en cualquier momento puede haber una invasión zombi.
Hablo de la queja sistemática, de la desconfianza por bandera, del todo mal y va a empeorar.
En mi opinión (y ya sabéis que las opiniones son como los culos, cada uno tenemos el nuestro) la ignorancia juega un gran papel, pero gana la necesidad de hablar de sacar excremento por nuestro culo, o sea, de opinar.
En una reunión de vecinos, si hablamos de como construir el parking de bicicletas, todo el mundo opinará y dispondrá de conocimientos sobre materiales, seguridad, colores, ventajas e inconvenientes.
Pero si el tema a discutir fuera si al vecino del 3º E hay que hacerle una traqueotomía o mejor debería ejecutarse una cricotirotomía, o quizás una traqueostomía percutánea, seguramente, pocos vecinos intervendrán.
Lamentablemente, aun con un alto nivel de ignorancia, siempre aparecerá alguien que un día vio un documental o que a su cuñado le pasó lo mismo y que se lo resolvieron bebiendo lejía.
También saldrán los que no se fían, los que creen que el administrador quiere sacar tajada o que la pregunta la ha promovido el del ático C, por que su mujer trabaja en un hospital.
La gente de "todo negro", "todo mal", "me quieren engañar" es preocupante, pero más preocupantes son aquellos que fomentan esos sentimientos.
Confirmo que el Karma está de vacaciones, para lo bueno y especialmente par lo malo.
Por aclarar, "El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato".
Si obras con bondad, tanto en palabras como en pensamientos o en acciones, el equilibrio justo debería ser que recibieras bondad.
Si tus acciones, pensamientos o palabras llevan maldad, el equilibrio justo debería ser, por ejemplo, un forúnculo en alguno de tus esfínteres.
No hablo de karma como venganza, simplemente, justicia.
Este puente, por algunos sitios lloverá y por otros hará sol.
Por cierto, aquí, un tiempo maravilloso. 😉
Animo y suerte.