Domingo.
Anoche un periodista hablaba sobre su labor. Informar. Contar lo que ocurre.
Como tú o como yo, si tuviéramos que tomar decisiones en un Gobierno, habría que vernos. Esto, también lo reconocía el periodista en él y en sus compañeros de profesión.
Opinan, y en ocasiones especulan. Cuentan las noticias, como creen que deben contarlas. Igual que tú.
Te gustarán más o menos las formas y los contenidos. Esa es tu parcela. Tú decides. Tu nivel de tolerancia, o mejor, de intolerancia también cuenta.
Me exalté, solté algún improperio delante de la televisión. A los unos, y a los otros, incluso a los míos.
También ayer, las televisiones mostraban como algunos ciudadanos se "enfrentaban" a los violentos.
Lamenté que fueran solo "algunos" y que los otros 500.000 que se manifestaron pacíficamente no estuvieran allí.
Torra, Sanchez, hacen lo que creen que deben hacer.
Incluso su discurso sería válido si al otro lado alguien lo escuchara.
Leo mucho de lo que publicáis. Noto un muy alto nivel de intolerancia, en los unos, en los otros y en los míos.
¿Cómo era aquello? Lo dijo Manuel Campo Vidal, creo:
“𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮 𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝗮𝗹𝗮, 𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗿𝗲𝘁𝗼𝗿𝗻𝗼”
Yo también me noto la intolerancia en las venas. Es mi gente. Toda esa gente, es mi gente.
En este tema, intentamos poner recta la sombra de un bastón torcido.
Animo y suerte
#100cafesy2000paracetamoles
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