lunes, 14 de junio de 2021

Desilusión, decepción



Otro. Otro fantástico día.
Hoy, estimad@s muchachuel@s, hablaremos de la gestión de expectativas.
O sea, de las ilusiones. De que un suceso se produzca, la aspiración de que un determinado propósito u objetivo se consiga.
Claro está que podemos hablar de expectativas en todos los ámbitos.
Conseguir un ascenso en el trabajo, o que esa persona de la que estamos enamorados hasta las trancas, sienta lo mismo por nosotros. Esa primera impresión megapositiva cuando conocemos a alguien, y con la que seguimos tratándola cada vez que coincidimos. Aprobar un examen, alcanzar metas.
Cuantas veces habremos oído aquello de "este crío llegará lejos". Sea por su nivel de "espabil", por su conocimiento de temas alejados de su edad o de la capacidad normal.
Yo genero expectativas continuamente. No se si es sano o no, pero jodido, seguro. Porque, habitualmente, si la ilusión se cumple le añadimos todos esos elementos con los que la creamos, me he esforzado, tenía derecho, se veía venir, esto es así. Y aquí no ha pasado nada. A generar más expectativas.
Pero (siempre hay un jodido "pero") cuando la expectativa no se cumple, nos quedamos atónitos. Imposible, no puede ser, "pero si yo...", "pero si el...", "pero si ella ...". La decepción. Desilusión.
Seguro que habréis oído esa frase tan estúpida: "De ilusión también se vive". Pues eso.
De todos es conocido mi "enamoramiento platónico" de Mariló (La Cospe), no supe gestionar mis expectativas y ella, sus actuaciones, me bajaron de la nube. Públicamente, a las bravas, terminé la relación (aun me tiemblan las neuronas cuando hablo de ella). Pero con el paso del tiempo, mi decepción ha aumentado. ¿Me engañé? ¿Me engañó? ¿Nos engañó a todos?
Mientras ella urdía engaños y maniobras con Villarejo, yo cantaba loas a su "estilo" aguerrido y potente. ¡Toma! En toda la boca.
Ayer, cuantos generarían expectativas sobre la foto de Colon. Muchos, seguro. Incluso el que se presentó con la cabeza de toro. Ese más.
¿Habéis visto la foto en algún sitio?
Pero que bonito el himno en ese solo de trompeta. Más desilusión.
Mi animadversión hacia la Megaprincesa Isabel Natividad de España (La Emperadora) es conocida, pero el último video que he visto de ella (Mi casa es la tuya, o la tuya es la mía o esta casa es una ruina) me ha dejado hundido del todo. No por la cantidad de ¿sandeces? que salieron de su boca, sino ¡por hablar con la boca llena!, ¡mientras masticaba!. Pero vamos a ver, ¿Qué pensarán tus padres? ¿Qué educación te han dado en esa casa? Seguro que ellos, jamás hubieran imaginado que tu llegaras tan lejos ¡hasta Colon!, pero ¿con la boca llena?.
En fin, queridos muchachuel@s. Espero que estos ejemplos personales de "mala" gestión de expectativas, con sus consiguientes decepciones/desilusiones os hayan servido de algo.
Isi, se está empezando a mosquear. En cuanto me levanto de la silla, le genero la expectativa de salir a la calle, y la consiguiente decepción/desilusión cuando me vuelvo a sentar.
Eso le produce cierta impaciencia y excitación (su rabo no para). Y cuando ya me ve con la mascarilla puesta, ladridos, saltos y carreras.
¡Venga!, que de ilusión también se vive. ¿Os lo había dicho?
Animo y suerte.
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