miércoles, 14 de septiembre de 2022

Genética



Hoy, paseíto por las calas antes de abrir el tenderete.
Ayer llovió abundantemente y hoy el día está oscuro y plomizo.
Hay mucho silencio, pocos vehículos, poca gente.
He dejado a todo el mundo durmiendo y la mirada de Isi, casi pidiendo perdón por su huida de ayer para corretear tras los pájaros, me acompaña. Lo tiene en los genes.
De una cosa, me voy a otra, si. Y me da por pensar.
A la hora de crear nuestro Currículo, lo normal es hacer una lista pormenorizada de nuestras experiencias y habilidades profesionales. Empresas, puestos desempeñados, formación, publicaciones, etc.
Lamentablemente, no es habitual el describir nuestros estados de ánimo, nuestros sentimientos en el entorno laboral. Lo que llevamos en los genes, como Isi.
Ese sudor frío y ese nerviosismo que nos recorre, cuando se nos encomienda una tarea de mayor nivel, o ante un ascenso.
Igual que Isi, cuando ve palomas.
Cuando debemos trabajar en equipo y las valoraciones personales pueden más que las puramente profesionales.
Si un superior nos recrimina por no haber tomado la iniciativa, en algún tema.
¿Cómo gestionamos nuestras expectativas o las de otros?.
¿Sabemos decir, no, de forma argumentada? ¿Aceptamos que otro tenga una mejor idea y apoyamos su ejecución?
En las entrevistas de trabajo, o al menos en las que yo he estado, nadie pregunta o pone en valor, el miedo, el ridículo, la empatía, la ansiedad, la perseverancia.
Un gran currículo profesional, nada dice de lo personal. Nada dice de tus genes.
Casado, dos hijos y natural de Albacete.
Soltera. Me gusta la natación y leer.
¿Te imaginas? En la última entrevista de trabajo a la que asististe te preguntan:
- ¿Y de ego? ¿Qué tal andas de ego?
- ¿Sientes miedo ante nuevos retos?
- El trabajo es importante, por muchos motivos. Pero ¿Cómo de importante te sientes tu?
- ¿Te asustan los petardos, como a Isi?
Y claro, también está "el otro". El compañero, el Jefe, el subordinado.
Tus acciones, desencadenan reacciones. Sus acciones, también.
Isi, no puede cruzarse con un pastor alemán. Vaya usted a saber el motivo.
Y por último, esa frase que concluye todo. Hay que comer.
Lamentablemente, tardamos mucho tiempo en darnos cuenta que igual que para comer, la cantidad, no hace calidad. Isi, es sibarita total, en cantidad y calidad.
¡Venga! ¡A currar!
¿Y tu? ¿Cueces o enriqueces?
Animo y suerte.

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