sábado, 29 de octubre de 2022

Camino a Ítaca (XVIII)



Algunos me preguntan que pasó.
Y yo contesto:
- Simplemente, un paso más, otro, y otro más.
Mantengo la idea de que el viaje siempre será más interesante que simplemente llegar.
Afortunadamente, siguen existiendo alternativas. Hay momentos en que parecen demasiadas. Pero un minuto después, analizar cada una y valorarla, puede abrir cien caminos más.
Salgo a caminar con el mar a mi izquierda. Gente, amigos del amanecer, pasean, trotan, caminan rápido como si quisieran llegar a ningún sitio. Llevan a su alrededor, mascotas y viento de otoño que lo remueve todo.
Hasta las ocho, se miran a la cara al cruzarse. Incluso se saludan con un buenos días, o un bon día. El señor de la gorrilla azul, dice bonjour. El caballero ya mayor, de pelo blanco, el del perro asustadizo, murmura un guten morgen.
Una mujer con aspecto nórdico y mofletes sonrosados, contesta mi saludo con un "hasta luego", que me sorprende.
Cerca de las nueve, todo el mundo cree que tiene un destino. Ya no se pasea, ni se trota por instinto de amanecer. La gente, la misma gente, va a algún sitio. A la compra, a por el pan, a buscar a alguien o simplemente, va.
Solo se saluda a los conocidos.
Mientras la bruma pelea con el sol, pienso en Ítaca, en la casa amarilla, en la que, ahora, habito.
Me sirve, no echo de menos nada. Tal vez, a alguna persona, alguna conversación con una copa de vino sin mirar el reloj.
Ya de vuelta, me encuentro con Jesus.
-¿Que tal? ¿Cómo llevas lo de vivir aquí?
- No echo de menos aquel lugar. Hay tantos lugares para ir, para volver o para regresar.
Durante un rato, caminamos juntos.
Recordamos los atascos, la gran ciudad. Hablamos de Isabel, de la ignorancia, del mercadillo de esta tarde y del mercado de mañana.
Hablamos de que el camino, sigue. Cada día, el camino sigue.
𝑃𝑖𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑠𝑒𝑎 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑜.
𝑄𝑢𝑒 𝑚𝑢𝑐𝘩𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑛̃𝑎𝑛𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑣𝑒𝑟𝑎𝑛𝑜
𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑢𝑒𝑠 -¡𝑐𝑜𝑛 𝑞𝑢𝑒́ 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑦 𝑎𝑙𝑒𝑔𝑟𝑖́𝑎!-
𝑎 𝑝𝑢𝑒𝑟𝑡𝑜𝑠 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑣𝑖𝑠𝑡𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠.
Amanece en Ítaca.
Solo hay que andar un paso más para verla, allá, en el horizonte.
*Fragmento de Camino a Ítaca - Konstantino Kavafis

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