La cantidad de cosas que se puede hacer solo en unas horas.
La cantidad de pensamientos, acciones, dudas, decisiones y tonterías, si, tonterías que pueden llenar nuestra cabeza.
El cielo, oscuro, muy oscuro. Objetivo, hacer 10 km. El trote no podía ejecutarse. El costado sigue molestando. Está mucho mejor, pero sigue el problema.
El lunes hice más de 16, martes, casi 13. Miércoles, un poco más de 16. Jueves, solo 5, y hoy, han sido 9,5. Intentaremos mañana alcanzar los 70 km semanales.
En la salida, he sacado fotos de un apartamento que tiene maravillosas vistas. Incluso, puede que asuste un poco. Novena planta y todo el inmenso mar, ahí delante.
El cielo amenazaba lluvia, y el mar estaba revoltoso. Daba miedito.
Clau, dice que era un mar de brujas.
Isi, me da los buenos días desde Madrid.
Envío los textos a Juana.
Llegando a la pasarela, donde la playa de los perritos, están preparando el Festival de música de este fin de semana. Se retrasó por causas climatológicas, puede que vuelva a ocurrir.
He escuchado algunos mensajes de trabajo. El desierto. He contestado otros. Ha habido algún momento en que me he dedicado a repasar documentación mentalmente, para contestar alguna pregunta pendiente. No, no recuerdo donde podemos configurar el backlog de la demanda. Si, gestionar la agenda es complejo.
Perros, gatos. Paseantes indolentes, rozando mi ancianidad. Alguna bicicleta. Llegamos al puerto. Subo el ritmo.
Dando la vuelta, voy haciendo la lista de lo que voy a comprar.
Subo escaleras, empinadas. Cruzo ,entre urbanizaciones llenas de pinos, hasta alcanzar la antigua vía del tren.
Mejillones de roca. Dos doradas. El muchacho parece nuevo. Le he pedido que me las abra y las limpie. Directamente las ha abierto en canal. Doradas a la espalda. También he comprado un rape.
Carne picada. Pavo, pollo, unos filetes de ternera y otros de cabezada.
Pan Cantábrico, ahí es nada el nombre, en el Mediterráneo
Vero, me envía un audio para los podcast del libro. Empieza a llover, aun me queda cerca de 1 km para llegar.
Tengo que ver lo de los seguros. El de casa, el del local. El domingo a Alcossebre.
Y pienso en la pandilla de descerebrados del colegio Mayor.
Vero querría ser actriz de doblaje. Le peguntaré a mi "locutriz" preferida.
Hago una fideua con el foumet de ayer. Abro unos mejillones y los añado. El resto, de picotéo.
Organizo el congelador. Limpio los mejillones, los dejo en agua. Ducha. Salgo de nuevo a la calle.
Y las neuronas me patinan. Pienso en los perros que he visto en la playa.
En la cantidad de gatos que pasean por las calas.
Parece que despeja.
"Putas, salid de vuestras madrigueras". Los machos alfalfa están aquí.
Y pienso en Isi, contemplando el amanecer.
Isi tiene una avellana de cerebro, pero, neuronas a mogollón.
Animo y suerte.
*Sigue abierta la posibilidad de colaborar en el proyecto "Un café con tu voz".
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