Allá, al fondo, veo una barca con una luz encendida. El mar esta relajado y se confunde con el horizonte, con el cielo.
No es azul, es un gris azulado.
Reviso textos antiguos. Me sorprendo de que ,un día como hoy, en 2020 los Ucranianos recibían a pedradas a los huidos de Wuhan. En 2021, los almendros de la Quinta de los Molinos, florecían.
Ayer, en las noticias, el mundo se iba a la mierda.
Otro terremoto en Turquía. Joe, ese señor mayor, visitaba Ucrania con 500 millones más, para armas. El presentador describía, detalladamente, la lista de la compra. Cañones, munición, tanques…
El barquito ha desaparecido, por la izquierda, tras el Sicoris.
Segundo café. El gallo Jordi, lleva ya un rato soltando su discurso a sus congéneres.
Zelensky asegura que “el futuro del orden mundial” dependerá de lo que suceda en Ucrania.
Todos teorizan, y no, no es opinión. Quieren crear criterio. Esto es lo que supongo, esto, es lo que pienso. Esto, es.
Allá, al fondo, China ofrece un plan de paz, o por lo menos, eso dicen que dirá Xi Jinping (que difícil) en un próximo discurso.
Ponme otro café, que voy a explicarte de que va esto.
Me ducho, me visto y a ver otra casa. Luego tengo médico para que valore los resultados de las analíticas. Reunión, reunión, reunión.
Selección de textos. Martes de Carnaval.
Empiezan 40 días de ayuno y penitencia. Cuaresma.
Animo y suerte.
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