domingo, 22 de septiembre de 2024

Autumn is coming



Ha dejado de llover. Es como si el verano se peleara con el otoño. Él llega después del mediodía, y el sol ha le dará la bienvenida.
Estoy en el jardín, plagado de hormigas voladoras.
El gran felpudo de la puerta está empapado. Lo he puesto al sol.
Abajo, en el sótano, se ha filtrado agua. Habrá que resolverlo antes que lo de la cocina.
Un mosquito del abismo, se ha venido enganchado a mi pierna.
Los pájaros y las tórtolas se están dando el festín, mientras, me he servido una copa de Cabernet y he puesto a cocer unos guisantes.
Estoy de antojo. Haré una ensalada de tomate, guisantes y zanahoria. Le pondré mucha albahaca.
Han sido días extraños. Siempre lo son cuando llego derrapando a terminar esa nueva vuelta al sol.
Me he hecho muchas preguntas. ¿Demasiadas?
Muchas de ellas, no importa la respuesta, da igual, ya pasó.
¿Mereció la pena? Y, todo lo que perdí, ¿no importa?
Abro una bolsa de cortezas de trigo que pueden contener trazas de soja y leche. Son adictivas.
La alarma sonará en 5 minutos. Pelaré unas zanahorias y las coceré.
Me apetece una sopa de cebolla. Con Marsala y una tostada de pan, con mucho Parmesano.
La lluvia, paró todo. Paró el tiempo. Pero ha sido solo una ilusión.
El mar estaba precioso y en el mercadillo, cuando he comprado la verdura y la fruta, lleno de gente a la que se le notaba la necesitaba de salir.
La hamaca está empapada.
Mucho silencio, demasiado.
Y si ha sido un sueño. Y si cuando entro, la zanahoria no se está cociendo, ni los guisantes están esperándome.
Y, si la lluvia ha arrastrado al mundo entero y no queda nadie.
La copa está vacía.
Veo, allá, un hilo de tela de araña.
Ahora, no. Ahora, si.
El reflejo del sol, la ligera brisa.
Ladra el puto perro del vecino.
El Corte Inglés me recuerda que aun estoy a tiempo de disfrutar de su regalo del 10% de descuento por mi cumpleaños.
No, no estoy solo.
Ánimo y suerte.

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