miércoles, 6 de noviembre de 2024

Distrés



Reconozco que, por distintos motivos, llevo varios días con "mal rollo".
No duermo bien, aun sin síntomas de malestar. No me apetecen actividades que hace un mes, tal vez, no me las hubiera perdido.
Es como si de pronto los problemas del mundo, de la humanidad, hubieran caído sobre mis espaldas.
Me repito una y mil veces que no puedo acabar con el hambre, ni con las guerras, ni con el cambio climático, por ejemplo.
No podré paliar la ignorancia ni la estupidez de aquellos "gatillos rápidos", que difunden mierdas sin un mínimo de sentido común, buscando el caos que a ellos les beneficie.
La política, las polarizaciones y los discursos de odio, me retumban en lo más hondo.
Podría decir que me bloquean. Pienso en el futuro, no el inmediato, dentro de 5 o 10 años. ¿En que situación estaremos?
Me siento inútil. Una depresión aislada en niveles altos (DANA), otra, que se veía venir y que ahora me sobrepasa.
No puedo decir que la alarma no sonó o que aquí, aun con alarma, nunca pasa nada. No puedo buscar responsables. Todo está sobre mi espalda.
Seguro que, en más de una ocasión, has hablado del estrés. Esa forma de enfrentar nuestro cuerpo y nuestra mente a un desafío, a una exigencia.
Sistema nervioso simpático. Respuesta de lucha o huida.
El parasimpático sabe que no podemos soportar esa situación durante mucho tiempo y nos devuelve a una situación fisiológica de equilibrio pero por el camino, o podemos superar el desafío o perder plumas, y generar daños.
Las condiciones del estrés pueden ser algo positivo, eustrés, que nos ayuda a superar la situación o una condición negativa, distrés, que nos hunde en la más profunda oscuridad.
Creo que estoy inmerso en esta última.
"𝐄𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐧𝐠𝐮𝐬𝐭𝐢𝐚 𝐨 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐚𝐥 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚 𝐨 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥 𝐞𝐬 𝐢𝐧𝐜𝐚𝐩𝐚𝐳 𝐝𝐞 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚 𝐟𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐚𝐦𝐞𝐧𝐚𝐳𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐧𝐝𝐚 𝐢𝐧𝐜𝐫𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐚".
Se que lo superaré sea luchando o huyendo, tan noble y saludable lo uno como lo otro, igual que en otras ocasiones. Estoy en ello.
Y, esto, no para.
Donald (el pato no, el otro), ha ganado las elecciones. Ya solo me falta que se me peguen las lentejas.
Animo y suerte.

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