Divina comedia

Y, un día, te cansas.
Te cansas, en ese cansancio rotundo de la escucha.
Te cansas de errores que llegan como aciertos.
Te cansas de frases que suenan como oraciones.
Te cansas de pecados, de almas desnudas, de confesiones de mentira y de verdades escondidas.
Te cansas de sujetarte y sujetar.
Te cansas de hacer lo debido, de escuchar la lluvia tras el cristal y te cansas de llenarte de nostalgia.
Cansado de dejarte. Cansado de esperarte, de buscarte, de encontrarte, de cuidarte, de quererte, de saberte , de perderte.
Cansado de escuchar tu propia voz.
Cansado de escuchar cualquier voz.
Cansado de ser del viento y del más oscuro pensamiento.
Cansado de miedos de otros y valentías de todos.
Cansado de que la testosterona venza al criterio y el grito de la manada sea más vigoroso.
Cansado de ignorancia, de caminos cortos y las veredas plácidas que todos piden y nadie encuentra.
Infierno, Paraíso y Purgatorio.
Cansado de bosques de suicidas, de llanuras de traidores sumergidos en hielo.
Cansado de "Divinas" y de "Comedias". Cansado de matizar o, simplemente, de querer gritar.
Sentado, su puño contra el mentón. ¿Sueña? ¿Piensa?
Cansado de recordar días pasados, notando ese sabor salado de las lágrimas. 
Animo y suerte
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