domingo, 13 de noviembre de 2022

Pura vida


Pensaba escribir algo de 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒂 𝑷𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂, o alguna de las 𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒆𝒏𝒗𝒊𝒂𝒓𝒆́.
Recordar aquellos agujeros en la tierra que, hoy, eran el triunfo en una batalla de canicas al llegar al gua y, mañana, se hacían más profundos para crear un Circo Romano de pequeños insectos, mutilados por sádicos niños.
Escribirle a esos amigos con los que la conversación es difícil por su enfermedad. Esas charlas en las que gana el silencio, o el enfermo, ayudándote a pasar ese angustioso mal rato en que sobrevuela el estadio cuatro, o lo mal que lo pasó ayer.
Lo primero me llevaba a demasiada melancolía, tanta o más que lo segundo. Y lo segundo, añade dolor y rabia.
Tiene razón quien dice que estamos hechos de historias y que al final, nosotros mismos somos eso, un grupo de historias que conforman un todo.
A muchos nos gusta contar historias. Inventadas o reales, generar una atmosfera que concibe algo nuestro, que compartimos con otros.
Por otro lado, un buen amigo, ha coincidido, en la Ribagorza viendo iglesias, con una persona que me conoce. Forman parte de un grupo de amigos del Románico. Me cuesta recordar quien es hasta que veo su imagen. Si, efectivamente. Sigue llevando bigote. Buena gente, muy buena gente.
Otra amiga, me hace un recorrido fotográfico por mi ciudad natal. Me lleva al parque, a la plaza de la Catedral, al Mercado. Y de vuelta a Santa Paciencia, a las canicas y a las pajaritas del parque. Ramón Acín, muerto en agosto del 36.
Y me duele la rodilla derecha. Han sido 12 km, hoy.
Llega un mensaje que habla de lluvia, de manifestaciones. Yo bromeo y pregunto con ironía:
¿Una mani, de que?
Aquí hace un día soleado, esplendido. He comprado verdura y fruta en el mercadillo.
He revisado los correos.
Pienso en Rumania, en que tal vez el THC y el CBD deberían estar legalizados.
Mi hermano, me enseña las fresas de su jardín. Las pastillas de jabón que hace mi cuñada.
Y yo os cuento, mi historia, que es la de ellos.
Hoy llena de sol, de fresas, de quimio, de buenos y grandes amigos, de paisajes preciosos, de recuerdos maravillosos, de rabia, de melancolía, de olor a mercadillo y churros, de mar, de cielo, de querer y poder, de querer y no poder, de manifas, de ojos brillantes de felicidad, de ojos brillantes a punto de explotar en lágrimas, y de unos labios con sabor salado.
Un día más, sigue la historia.
Desde Santander, pura felicidad, pura vida. Gracias, MaraSannia
Animo y suerte.
Foto:
Autora: Clau
Modelo: Mara

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