Si, lo confieso. He leído las noticias.
Una, me llama especialmente la atención.
“𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐟𝐫𝐢𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐜𝐞𝐫𝐞𝐛𝐫𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐨𝐫𝐦𝐢𝐫”
Haya paz. Solo era eso. He empezado a leer el artículo y de pronto me ha dado un ataque de superficialidad. O sea, me la sopla.
Otra.
𝐀𝐧𝐧𝐚 𝐅𝐫𝐞𝐢𝐱𝐚𝐬: “𝐈𝐧𝐯𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬, 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐑𝐨𝐬𝐚𝐥𝐢́𝐚”
Que bonito ¿no?. Inventar palabras, así, del tirón.
Chucky, A palé, benjis, dembow, expensiva, haraca, etc...
¿Para cuando el sillón V de la Real Academia para Rosalía?
No hay manera. La superficialidad, hoy, me aplasta.
No he salido a practicar mi trote cochinero. Agotamiento.
Ayer, que si lo hice, me fijé en aquellos que salen a pasear, trotar o mover los "pieses" en pareja.
Uno de ellos, va unos pasos más atrás. Es el que habla. El que cuenta algo para llenar, tal vez, ese incomodo cúmulo de resoplidos y respiraciones sudorosas.
El otro, un poco más adelante, con cara de circunstancias mira al frente, abajo o a un lado pero dando la sensación de "a este/esta. no lo/la conozco de nada". Casi que parece que acelera el paso para alejarse.
Si en la pareja hablan los dos el paso es más corto. Incluso puede haber paradas con gestos de asombro o de complicidad.
-¿𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐞𝐬? ¿𝐘 𝐞𝐬𝐨? ¿𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐝𝐨 𝐟𝐮𝐞?
- 𝐋𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐢, 𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐢. 𝐀𝐥𝐥𝐢́, 𝐝𝐞𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐢 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐨𝐭𝐨𝐦𝐚𝐦𝐢.
A estos, lo del trote cochinero les importa un carajo. Han salido porque necesitan no estar en casa y cantar a los cuatro vientos lo que dice la Mari.
Hay otro grupo, los atléticos. Equipados, conjuntados y embutidos con licras y colores que más que trote cochinero diríase pasarela Cibeles resoplante. No son capaces de articular frases, solo palabras inconexas y respuestas con monosílabos. La licra, no les deja respirar.
Y cambiando de tema. Otro artículo que me ha dejado ojiplático.
𝐒𝐞𝐢𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐬𝐚𝐬 𝐡𝐚𝐰𝐚𝐢𝐚𝐧𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐩𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐚𝐧𝐢𝐞𝐠𝐨𝐬.
Pues mira, me interesa.
Hay una, la Flamingo Melon. Llena, como su nombre indica, de Flamencos, trozos de sandía, piñas y hojas de helechos. Está en 12 colores.
Otra, con loros y palmeras. Los flamencos se repiten en muchos de los modelos. Motivos tribales, colores vintage. Un despliegue de hojas y flores inmensas que me ha transportado a playas paradisiacas y cocos llenos de refrescantes bebidas.
𝐇𝐚𝐰𝐚𝐢𝐢-𝐁𝐨𝐦𝐛𝐚𝐲
𝐒𝐨𝐧 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬𝐨𝐬
𝐐𝐮𝐞 𝐚 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐲𝐨
𝐌𝐞 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐩𝐢𝐬𝐨
𝐇𝐚𝐰𝐚𝐢𝐢-𝐁𝐨𝐦𝐛𝐚𝐲
𝐒𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐲
Bajo el toldo o en tres minutos me estaré gratinando.
Va a ser que si. Que necesito enfriar el cerebro para dormir.
Animo y suerte.
Pdta.: La de las piñas con gafas, me puede.
Pdta.: Sole, ya me contaras cual es la última moda ahí.
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