martes, 9 de agosto de 2022

What else?



Olivia, murió. Sandy. No me llamó demasiado "la película", ni cuando se estrenó, ni posteriormente.
Recuerdo ahora, más, Saturday Night Fever. Tal vez yo, era más de pantalón de campana y zapato de plataforma, que de gomina.
La mujer que pedía para comer y ganó un millón en la Bonoloto: “No conocía las lágrimas por estar contenta”.
Un buen argumento para un libro. Lágrimas de alegría. O para una serie. Hacer seguimiento de como su vida cambia a partir de ahora. O tal vez no haya tal cambio, o será insustancial para el posible público. Ella solo llora de alegría. Un gran cambio, sin importancia.
Mientras, comienza el espectáculo. De una total oscuridad, a un despliegue de colores anaranjados, grises azulados.
Y el gallo loco, Jordi (lo he bautizado así), sigue cantando. También debe ser de alegría.
Polémica por la decisión de Felipe VI de no levantarse ante la espada de Bolívar.
El primer mandatario de izquierda, da su primera orden. Colombia, inicia un nuevo camino, llena de símbolos. Amén.
Las Olimpiadas del 92. Me vuelven imágenes. Aquella de los Reyes presidiendo la ceremonia, tomada desde el otro lado del estadio. O la del arquero, Antonio Rebollo, al disparar la flecha, que hubo que retocar porque las zapatillas eran tan blancas como el pantalón y la plataforma, y formaban un todo.
El truco del lanzamiento y quien tiene la flecha.
Y mientras Cobi lucía su palmito, en Sevilla era Curro el que llevaba un arcoíris en el penacho y en la nariz.
Vaya año, aquel 92.
El Alcalde de Vigo, instalando el alumbrado de Navidad en agosto. Y el plan de ahorro energético al Constitucional. La Megaprincesa, ¿Quién si no? (Me ha sonado como el "what else" de Cloony). Bueno, tal como está el tema, también podía haber sido Feijóo, si. País, país.
Y lo que peor llevo estos días es lo de tener que hacer el hielo para el gin-tonic.
Que si, que me he vuelto a levantar superficial. Casi, plano.
¿Y qué, si no?
Animo y suerte.

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