Me he hecho el propósito de leer uno, dos o varios poemas mientras tomo uno, dos o varios cafés. Acepto que en ellos, en los poemas, está la melancolía, eso que llaman amor y en muchos casos, la verdad más descarnada o la mentira más socorrida.
Es bueno, me sienta bien al amanecer. Son las galletas, o la tostada con mantequilla del desayuno que no hago. Son la ducha del alma, con agua, jabón y palabras.
Lloraba en el pasillo y le he traído su cama a mi lado. Ha visto algo en la terraza. Despliega todas sus poses, tics y TOCs. Tiembla como una hoja, mientras marca a un pajarillo que picotea las migas de pan del mantel que sacudí anoche. Si le abriera la puerta, habría un estallido de galopada, de instinto, para intentar cazar.
El pájaro, como si lo supiera, va dando saltitos por el poyete del muro en tono de burla.
Primero hacia un lado, después hacia otro. Cansado de su broma, se lanza al vacío para desilusión de ella y alivio mío.
Ni un solo pájaro podrá invadirnos. Ella esta ahí, vigilante, siempre.
El ascensor, sube y baja. Oigo como sus puertas se abren y cierran en la planta de abajo o en otra.
Vamos camino de los buenos deseos del nuevo año, de la nueva etapa.
A la vez, vendrán en tropel las cosas buenas, las no tan buenas y aquellas que durante mucho tiempo mantendrán heridas abiertas.
La fabada de Ángeles, que ya no haremos juntos.
Esos vinos con la Flaca, que tomaré mirando al cielo.
Las promesas incumplidas, los deseos no alcanzados.
El inicio de un camino, la esperanza de Ítaca, el océano y las playas inmensas.
Y claro, aquello que creíamos perdido y encontramos. Respuestas, personas, perdones y disculpas, más despedidas que recibimientos. Un nuevo libro, repleto de palabras escritas y habladas. Nieve, frío, miedo, dudas y certezas. De todo eso hubo, y más.
Vamos camino de los buenos deseos, del nuevo año, de la nueva etapa.
"Buenos días disfruta como si fuera el último", leo en una pequeña ventana.
Lo haré, deseando que haya muchos más. De perdidas, de encuentros, de planes, de playas inmensas, de caricias y de risas, de lágrimas y de heridas.
¡Vamos a ello!
Animo y suerte.
* El título "Hombre de lunes con secreto" corresponde a un poema del libro Almudena, de Luís García Montero.
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