lunes, 28 de marzo de 2022

Camino a Ítaca (XVI)



Un litro de gasolina 1.80 euros. El precio de 75 cl de agua, 3.40 euros.
Puerta con puerta. Área de Servicio de La Plana en la Autopista del Mediterráneo.
Varias docenas de camiones y algunos vehículos.
Por costumbre, siempre paro ahí. La decadencia del lugar, la pago.
Nunca recuerdo que un poco más adelante hay un enjambre de gasolineras con agua, seguramente, más barata.
A la derecha, aparece Oropesa, si, Marina d'Or, Ciudad de Vacaciones.
Hace rato que se ve el mar.
Es curioso. Hace unos minutos creí escuchar las olas. Ahora pienso si fue la lavadora del vecino haciendo el aclarado.
De un tiempo a esta parte, cuando me despierto pronto (o sea, todos los días) escucho el mar. Confirmado, tengo vecinos limpios y ahorradores.
Castellón, Torreblanca, Peñíscola, San Carles, L'Aldea y algo más allá Hospitalet del Infante.
Ayer, había oleaje y bruma. Parte de la playa había sigo engullida por el hambriento mar.
Paseo por las calas. La de los Ángeles, la del Pescador, California, Santa Fe, Misterio, la del Solitario, la de las Sirenas, la de los Vieneses...
Me apetece pizza. Por 10 euros, te incluyen una bebida. Masa fina y crujiente y en 10-15 min. te la llevas a casa.
La casa esta fría. Lo nota. Sabe que habrá intervención. Cirugía estética profunda.
Estamos con el preoperatorio. Tomar medidas, cabe, no cabe. ¿Tiramos este tabique? ¿Y el suelo? ¿Las puertas? El baño, la cocina, las ventanas. Si, todo fuera. Hay que vaciar.
Se esperan lluvias.
Y vuelvo a escuchar el mar. No puede ser que el vecino haya puesto otra lavadora, ¿o si?.
Me da que habrá demasiadas nubes para ver a Venus, pero seguro que estará ahí.
Un amanecer más, otro café.
A veces, la línea recta no es el camino más corto.
Seguimos.

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