viernes, 18 de marzo de 2022

Es un soplo la vida

 


Igual que cantaba Gardel:
𝐐𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐬𝐨𝐩𝐥𝐨 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚
𝐐𝐮𝐞 𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐚
En ese punto estoy.
La vida, durante un tiempo, la conté por segundos. Incluso, algunos de ellos, eran difíciles de recordar un instante después. Demasiadas brumas, demasiada ansia. Bendita ansia.
Más tarde, y sin darme cuenta, la vida se medía en el marco de una puerta dejando señal indeleble de los cambios.
A la vez y para verificar aquello, la vista constataba hasta donde llegaban sus pies en la cama. Certificando, una vez más, el paso del tiempo.
Otro soplo y aparecieron las pérdidas. Primero, amigos de papa y mama. Después la vejez que no acepté en ellos, venció por asedio o por casualidad.
Dicen que, no somos nosotros mismos hasta estar liberados del lazo paternofilial.
Lazos que unen, que ayudan, que oprimen.
Y llega un día en que la palabra antigüedad, deja de tener su sentido como complemento en nómina. Ni tan siquiera existe un elemento de plusvalía, como en la venta de un piso.
Llega el finiquito, el se acabó. Pero tu, sigues en tu bruma, con ese jodido viento de la vida dándote en la cara.
Aquel marco de la puerta, de tanto pasar el trapo (es la excusa), ya no tiene rayas ni fechas. Las camas, están vacías y solo de vez en cuando se ocupan unos días.
𝐐𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐬𝐨𝐩𝐥𝐨 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚
𝐐𝐮𝐞 𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐚
Y te acuestas con dolor de espalda, con las hernias de disco cantando el "Motomami" de Rosalía. Duermes menos y el espejo del baño, te devuelve arrugas y nieves del tiempo plateando tu sien.
Preparas el primer café, y de pronto, desde algún lugar, notas una corriente de aire, un soplo en la cara. El soplo.
Buenos días, Vida.
Animo y suerte.

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